Uno de los arcángeles que más fe suele tener de parte de muchas personas del mundo es Rafael, su historia es una de las más icónicas del mundo y es de las más interesantes al llegar a ser uno de los mayores protectores de nuestra tierra e interceder ante nuestro señor Jesucristo.
La primera referencia documental a la existencia de una imagen de San Rafael en la iglesia mayor de San Mateo procede nuevamente del ya conocido manuscrito fechado en abril de 1819, en el que se dice que:
«Siendo el altar de Santa Ana de piedra de ningún primor quitaron a Santa Ana e hicieron un retablo nuevo por don Juan de Escorcia colocando en él a San Rafael el 24 de octubre de 1805». En virtud de esa única noticia cabría pensar que la imagen del arcángel San Rafael se podría atribuir a ese desconocido Juan de Escorcia y que quizás fuera realizada hacia 1805.
Sin embargo, parece ser que dicho artífice del que se dice era italiano, no debía ser más que un ensamblador o retablista, pues un año antes se encontraba igualmente trabajando para la parroquia de San Mateo de Tarifa, para la que inició a comienzos de 1803 el cancel de entrada a la iglesia, estrenado el 6 de septiembre del año siguiente.
Por otro lado, la estética del arcángel, su rico dorado y estofado, todavía está impregnada del estilo tardobarroco e incluso rococó y para nada resulta acorde con la corriente neoclásica que en los últimos años del XVIII ya había irrumpido también en Tarifa, apreciable sobre todo en la iglesia parroquial de San Francisco de Asís, reedificada por completo en 1797.
Resulta determinante para datar la factura de la talla del San Rafael comprobar las marcas de platería que encontramos en los atributos de orfebrería que la imagen porta como propios de su iconografía: en su mano derecha, un bastón sobre el que cuelga una calabaza, y en su mano izquierda, el pescado con el que curó al padre de Tobías.
Lista de Oraciones a Arcángel Rafael
Aquí vas a poder encontrar las oraciones más importantes para cada momento de tu vida, sea cual fuere. En circunstancias en las que necesites pedir ayuda, o que sientas necesitar una mayor protección para ti o tu familia. En la vida se pasan muchas vicisitudes, es por eso que quizá en algún momento precises orar por tener mejor salud. San Rafael Arcángel, también es conocido por conceder ayuda en los momentos críticos en los que puedas necesitar un empuje porque quizá el dinero te esté resultando más esquivo o puedas pasar una crisis con tu amor.
Sea cual sea el motivo, recuerda que aquí, siempre encontrarás todas las oraciones que puedas precisar para cada momento de tu vida.
Toda La Información Sobre Rafael y su Acercamiento
Sin duda conforme avanzamos en el estudio de la imaginería religiosa de Tarifa nuestro convencimiento sobre el valor artístico y patrimonial, tan excepcional como desconocido, que atesoran nuestras iglesias crece exponencialmente.
Otra muestra de ello la tenemos en la capilla de la Virgen de la Luz de la iglesia mayor de San Mateo, donde se encuentra una nueva talla tardo barroca de autor hasta ahora desconocido y que muchos eruditos habían querido relacionar sin más con la afamada escultora sevil lana Luisa Ignacia Roldán, más conocida por La Roldana.1 Se trata de una hermosa talla de San Rafael, uno de los tres arcángeles de la corte celestial que la Iglesia venera por su nombre y destaca como dignos de veneración particular. En este número de Aljaranda, por fin, daremos luz al nombre del escultor que lo talló, uno de los más celebrados de la Sevilla del XVIII.
Historia del Arcángel Rafael
Tradicionalmente, el arcángel San Rafael es invocado para alejar enfermedades de cuerpo y mente y para lograr terminar felizmente los viajes. Se le considera el ángel responsable de anunciar la fecha del Juicio Final mediante el sonido de un corno o «trompeta de la verdad». Su nombre significa «Medicina de Dios», pues fue San Rafael el enviado por Dios para sanar al anciano Patriarca Tobías de la ley mosaica, quitándole la ceguera con las vísceras de un pescado, y para guiar a su joven hijo Tobías en un largo y peligroso viaje en el curso del cual le buscó esposa en Sara, a quien también curó de la opresión del Demonio. Su historia la encontramos en el libro de Tobías del Antiguo Testamento (Tb 5, 4).
A San Rafael se le considera intercesor en enfermedades de los ojos y protector de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes por tierra y por mar, en virtud de lo cual es venerado como patrono de los viajeros o caminantes, pero también como el santo patrono de los médicos, de los enfermos y de los mutilados de guerra, por las curaciones que realizó en el padre y la esposa de Tobías. También es venerado como patrono de confesores y penitentes, por cuanto se dice que quienes recurran a él tendrán siempre adecuada orientación espiritual.
Por todo ello su representación tiene un componente icono-gráfico muy potente, de ahí que la virtud de su culto sea su gran carga simbólica, presente siempre en los principales atributos parlantes con los que habitualmente se presenta: el pescado y el bastón o bordón de peregrino con la calabaza o guaje para el agua, todos ellos símbolos fundamentales de su iconografía y alusivos al relato bíblico de las curaciones del viejo Tobías y Sara.
En cuanto a sus vestiduras, en ocasiones se le representa con atuendo de peregrino, con esclavina y concha, como es el caso de la imagen que se venera en la iglesia de San Mateo de Tarifa, en la que no faltan el bastón, la calabaza y el pescado.
En otras ocasiones, en cambio, se nos muestra según la iconografía de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, de la que San Rafael es protector, vistiendo entonces el escapulario negro del hábito de la Orden y portando unos panes, además de alguno de los otros atributos tradicionales, como el bastón de peregrino y el pescado.
Con esta otra iconografía encontramos también en Tarifa una segunda talla del arcángel San Rafael, la que actualmente se venera en la capilla del Sagrario de la iglesia de San Francisco de Asís, fechable posiblemente hacia 1795 e inspirada claramente en la soberbia talla del arcángel que se venera en el oratorio gaditano del hospital de San Juan de Dios, realizado por el genovés Antón María de Maragliano en 1726.